Si yo fuera perfeccionista, no estarías leyendo esto. Si yo fuera perfeccionista, posiblemente nunca me hubiese lanzado a crear mi propio blog. Si fuese perfeccionista, lo más seguro es que después de haber escrito este artículo le hubiese dado a la tecla de borrar para darme la oportunidad del folio en blanco, y así quizás, por fin, escribir el artículo con mayúsculas. O tal vez lo hubiese guardado en mi universo de “porquerías pendientes de mejora” para darle otra vuelta y otra y otra más antes de publicarlo.
Si yo fuese perfeccionista, tal vez hubiese empleado 2 días en vez de dos horas en escribir esto. Quizás estaría mejor enfocado, tal vez gramaticalmente sería más correcto. Puede que las comas hubiesen cambiado de sitio una y otra vez buscando la musicalidad adecuada. Pero lo que es seguro es que tendría muchas más posibilidades de perderme en los detalles en detrimento de la idea global. Me hubiese restado espontaneidad. Puede que de tanto retocarlo, el artículo definitivo poco tendría que ver con la idea inicial.
No, yo no soy perfeccionista, en cambio, durante toda mi vida he admirado a este tipo de personas. Siempre pensé que los perfeccionistas eran seres superiores. Cada vez que alguien me decía que era perfeccionista o cada vez que oía a alguien comentar que fulanito o menganito pertenecían a ese selecto club, aparecía aquella punzada en mi estómago, mezcla de envidia y admiración . Fíjate, ¡un perfeccionista!, me decía. Como si fuesen piezas de museo. Me los imaginaba autosuficientes, satisfechos. Trabajadores hasta la extenuación, si , pero dominantes de toda situación, conocedores de todas las técnicas , rodeados de excelencia y brillantez , en definitiva.
Tuve que llegar al coaching para darme cuenta de que el perfeccionismo poco tiene que ver con hacer las cosas de la mejor manera posible y más con el miedo atroz a ser juzgado, a no estar a la altura. El perfeccionismo no te asegurará jamás el acierto. Porque el acierto o el error no estará en los demás, si no en ti. Me atrevo a decir que ni tan siquiera tiene mucho que ver con el criterio porque ¿quién determina lo que es perfecto y lo que no? ¿Hasta dónde llega la perfección? Como dice Julia Cameron en su fascinante libro “El camino del artista” el perfeccionismo es la disculpa perfecta, es la negativa a dejarte avanzar.
En este enlace os dejo una escena de ‘Cisne negro‘, una inquietante película que define perfectamente la esclavitud bajo la que vive el perfeccionista y la barrera que aparece cuando la obsesión por la perfección impide fluir al artista.
Y cuando uno sólo está pendiente del resultado, la tarea se deshumaniza y se ejecuta, no se vive. Cuando no se contempla la posibilidad de permitirse errores que luego puedan ser descubrimientos maravillosos dejamos de fluir y comenzamos a estancarnos. Empezamos a buscar una y otra vez sin pensar que quizás ya habíamos encontrado. No hay cabida para un punto y final porque siempre cabrá la posibilidad de los puntos suspensivos. Y a veces, hay que simplemente dejarlo estar y confiar.
Deja de dar vueltas a ese proyecto y muéstralo a quien sea que lleves tiempo deseando mostrarlo. Coge ese manuscrito que se está pudriendo en tu cajón y llévaselo al editor al que conociste hace un mes en aquella cena. Deja de retocar ese autorretrato que ya empieza a no parecerse a ti y regálatelo o a tu madre o a tu marido, pero celébralo, disfrútalo, obsérvalo y luego, compártelo.
Porque al fin y al cabo, para qué crear si no es para compartir. No sé si debería decir esto, no soy una artista, ni una genio en nada pero sí que he disfrutado toda mi vida siempre que he podido y además intensamente de lo que otros han compuesto, escrito, dirigido, pintado o diseñado. Y siempre he tenido la sensación de inmensa gratitud. Si has tenido la suerte de crear algo, no te lo quedes, no prives a otros de su disfrute porque al fin y al cabo, la perfección está en los ojos del que mira.
Gracias por seguir ahí.
Escribir un comentario en un blog, muy nuevo y casi sin estrenar, es como pisar una duna de arena infinita dibujada por el viento y, tras unos pasos, darte cuenta de que has roto la belleza de una obra de arte irrepetible. Lo bueno de escribir un comentario en este blog, es que tengo el convencimiento de que se repetirá a menudo y que podremos disfrutar de ella tantas veces como su autora quiera volver a dibujarla. Mucha suerte Paula.
Muchas gracias Chema. Por nuestro relación «on line» comienzo a intuir que no sólo eres una persona generosa si no además crítica. Así que doblemente agradecida por este comentario que me alienta a mejorar cada día. Porque mi profesión existe gracias a que hay personas como tu que buscan más allá y eso no lo olvido. Espero poder mantener tu atencion 😉
Esta no es mi mejor semana, y tampoco la màs lúcida, pero no quiero dejar de comentar en la primer entrada de este «tercer hijo» de una persona que, aunque creo que no miente al considerarte no perfeccionista, si es exigente, terriblemente entusiasta y «luchona».
Me has dado mucho que pensar con esta entrada pues yo, la persona más imperfeccioinsta del planeta, siempre he visto como piezas de museo a los perfeccionistas, deja que lo vuelva a leer esta noche a ver si puedo aportar algo más.
Te deseo muchísimo éxito en el blog, y no sólo porque te aprecio, sino porque quiero poder disfrutar de tus pensamientos.
Llevaba días queriendo leer alguna de las entradas del blog y, por fin lo he hecho!
Coincido con ese sentimiento de admiración/envidia hacia los perfeccionistas pues soy la persona más «imperfeccionista» del planeta y me ha encantado tu visión de que para ellos, quizá jamás nada estará del todo perfecto.
Apuntas que tu no eres perfeccionista pues de serlo, este blog acabaría en el cajón del olvido. Bendita sea tu falta de pudor con tus imperfecciones, ya que gracias a ello voy a poder disfrutar de tus ecritos de vez en cuando.
Siempre consigues que despierte mi mente! Gracias por dejar que te leamos.
Suerte en esta aventura, que la tendrás, pues para un ser tan imperfecta demasiado entusiasta y buena comunicadora resultaste.
Gracias por tu comentario Covadonga. La verdad es que para mi fue un descubrimiento comprobar que el perfeccionismo no lleva a ningún lugar salvo a una continua frustración por no poder estar a la altura y a una excusa constante para no avanzar. Y desde que hice ese descubrimiento me he sentido mucho más libre, más auténtica , más segura y adivina qué….más valorada. Es curioso como nos vemos a nosotros mismos y como somos percibidos por los demás. Espero seguir contribuyendo a mantener tu mente despierta, creeme, no me lo pones nada fácil.
No puedo estar más de acuerdo. Te felicito por tan certera reflexión. En muchas ocasiones mi perfeccionismo me ha obligado a parar, porque no era el momento, no estaba preparada, necesitaba saber mas….mientras, a mi alrededor la gente que quería hacer lo mismo que yo iba evolucionando. Yo en ocasiones pensaba que había cosas que no me gustaba de lo que hacían por que aquello se podría mejorar o eso otro podría hacerse de otra manera, hasta que me di cuenta de que yo no tenía derecho a opinar en esos casos, porque ellos si estaban HACIENDO, FLUYENDO con su pasión. Yo en cambio rodeada de buenas ideas y talentos perfectos no avanzaba por una sencilla razón: Miedo. Ese día empecé a cambiar mi pensamiento. Esta entrada en el blog confirma a la «perfección» lo que pienso. Gracias por superar tu miedo y ayudar a que otros lo hagamos. Besotes.
Hola Angeles, muchas gracias por participar en este blog con tus comentarios. En coaching, utilizamos un término llamado «parálisis por análisis». Los coaches utilizamos este término para definir esa situación en que la persona cree no estar nunca lo suficientemente preparada, lo suficientemente formada, con la experiencia necesaria. Al final como tu misma has descubierto, te das cuenta de que sólo es una excusa para no dar el salto porque el miedo te paraliza. Me alegra saber que este artículo te ha servido para constatar lo que ya habías descubierto. Y celebro que ahora seas una perfecta imperfecta. Gracias por seguir ahí. Un saludo
Excelente reflexión, nos pasamos la vida buscando la perfección o el momento perfecto, y así se nos escapan las oportunidades que nos ofrece. Tal como dices, que es la perfección? Algo tan subjetivo, que es la excusa perfecta de no enfrentarnos a nuestros miedos. Buscando la perfección dejamos a un lado lo natural de la vida, la creatividad, etc., etc. Me encanta tu blog, aprendí mucho contigo, pero sigo aprendiendo con cada nueva entrada, no dejes de escribir y de ser imperfecta
Muchas gracias por tu apotación Maria Gracia, es una satisfacción para mi saber que lo que escribo te resulta útil. Es genial que la creatividad y el querer aprovechar las oportunidades puedan en ocasiones con el miedo a no estar a la altura. Seguiré trabajando para que mi imperfección siga dando sus frutos ;-). Nos vemos por aquí
Hola Paula. Me encantó tu artículo. Soy uno de los que tienen la «maldición del perfeccionista» y siempre estuve esperando el momento perfecto, cuando tenga el conocimiento suficiente, cuando se den la condiciones óptimas, y la realidad es que ese grado de perfección nunca llegó y quizá frustré una brillante carrera como artista, porque el tiempo pasa igual, llegue o no llegue la perfección. Muchos éxitos con lo tuyo!
Si bien no ser perfeccionista tampoco significa que haya que hacer las cosas de forma mediocre. Es el desafío de encontrar un compromiso.
Totalmente de acuerdo, el equilibrio entre lo que merece ser mostrado y lo que nunca encuentra el momento de ser mostrado porque quien lo crea no cree…
Hola Diego! Antes de nada, muchas gracias por comentar y disculpa por haber tardado tanto en hacerlo, los ultimos meses he estado inmersa en un proyecto y he tenido que aparcar temporalmente mi blog. En relación a lo que comentas tú lo has dicho, el mejor momento es ahora. La perfección es un concepto tan subetivo que en realidad casi siempre esconde un terrible miedo a la aprobación del otro, al no ser querido o aceptado. Cualquier cosa que necesites mostar al mundo, habrá alguien en el mundo que la espere y la agradezca. Así que muestra tu arte como sea a quien sea hoy. Gracias por leerme y mil gracias por complementar mi post.